martes, 28 de octubre de 2008

° Piercing en la lengua ° primera parte


Los peligros del piercing en la lengua.

Especialistas en salud dental españoles vienen poniendo –al igual que sus pares en la provincia de Buenos Aires- alerta sobre los riesgos que ocasionan los piercings de la cavidad oral y sus inmediaciones, una práctica cada vez más extendida entre los adolescentes.

De entre todas las partes del cuerpo en las que se pueden colocar estos aritos, la cavidad bucal y, sobre todo, la lengua, son especialmente susceptibles a desarrollar alguna complicación. “La lengua está supravascularizada y es fácil que se produzca una hemorragia, incluso de pequeñas dimensiones, a la que no se le da importancia hasta que se complica; y puede hacerlo mucho”, señala Alfonso Villa, presidente de esta institución.

Y es que, si bien en otras zonas del cuerpo el piercing puede producir infecciones con relativa facilidad, lo cierto es que colocar un pendiente en la lengua es especialmente arriesgado, pues la boca es un lugar atestado de bacterias que entran al comer, beber, fumar, masticar, mordisquear o chupar objetos extraños.

En ocasiones, la patología puede iniciarse en el llamado suelo de la boca (espacio submandibular) y dar lugar a una angina de Ludwig. Ésta cursa con dolor cervical, inflamación del cuello, fiebre, debilidad y dificultad respiratoria.

¿Cómo se tratan? Según comentaron especialistas, mayoritariamente se solucionan con antibióticos administrados por vía intravenosa para aliviar estos signos ya que, de lo contrario, la inflamación puede aumentar hasta bloquear las vías respiratorias y provocar la muerte. El tratamiento ha de completarse con antibióticos orales, reparación dental y drenaje del cuello con cirugía.

Peor no es lo único: Anillar la lengua, los labios, el frenillo o las mejillas pueden producir otras alteraciones como las microrroturas y traumatismos dentales, así como la retracción de las encías por el roce del adorno, hiperplasia tisular (en la zona donde se inserta el adorno el tejido crece demasiado llegando a causar fibrosis), atragantamiento o aspiración si la bolita se desenrosca, desgarros, reacciones alérgicas, interferencias radiográficas...

La hipersalivación por la presencia de un cuerpo extraño dentro de la boca, la halitosis por la dificultad que representa llevar a cabo una buena higiene en la zona anillada, mala fonación o molestias a la hora de masticar y tragar son otros de los síntomas. Para evitar todos estos riesgos o, al menos, reducir su incidencia, los odontólogos reclaman una legislación más restrictiva para el piercing oral que para el que se realiza en otras zonas del cuerpo.



Una moda altamente peligrosa

Infecciones, sangrado, roturas dentales, pérdida de piezas y otras reacciones graves son habituales entre quienes deciden ponerse piercings en la boca. Y alerta: porque, inclusive, pueden poner en riesgo la vida.




ViDeItO De unA PeRfOrAcIoN En La lEnGuA!





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